En el universo de la estética avanzada, pocas tecnologías han demostrado ser tan versátiles, eficaces y no invasivas como la terapia LED. También conocida como fototerapia o bioestimulación con luz, este tratamiento se ha convertido en una herramienta imprescindible en centros estéticos, clínicas dermatológicas y consultas especializadas en el cuidado de la piel, gracias a sus múltiples beneficios y su capacidad de adaptarse a distintas afecciones cutáneas.
La terapia LED no solo actúa como un rejuvenecedor natural, sino que también estimula procesos biológicos clave para la salud y regeneración de la piel, sin causar daño, dolor ni tiempo de recuperación. Es una tecnología que trata, previene y optimiza, trabajando en sinergia con otros tratamientos o de forma independiente.
La terapia LED (Light Emitting Diode) es una técnica basada en el uso de longitudes de onda específicas de luz visible que penetran en distintas capas de la piel para estimular procesos celulares, regenerativos y antiinflamatorios.
Cada color de luz tiene una frecuencia diferente, lo que permite tratar distintas afecciones o desequilibrios cutáneos según el tipo de onda utilizada. A diferencia del láser o la luz pulsada intensa (IPL), la luz LED no genera calor ni daña los tejidos, por lo que se considera una tecnología biocompatible, indolora y completamente segura.
Fue inicialmente desarrollada por la NASA para acelerar la cicatrización de heridas en el espacio, y hoy se emplea ampliamente en la estética y medicina regenerativa con excelentes resultados clínicamente probados.
La terapia LED actúa mediante un proceso llamado fotobiomodulación, que consiste en estimular las mitocondrias celulares (centros energéticos de la célula) con luz. Esta estimulación promueve la producción de ATP (adenosín trifosfato), la molécula energética básica, lo que aumenta la capacidad regenerativa, oxigenación y metabolismo de las células.
Según el color de luz elegido, se estimulan diferentes procesos. Las más utilizadas en estética son:
Lo más fascinante de la terapia LED es que estimula la piel desde el interior, sin agresión externa ni invasión, logrando resultados visibles y duraderos. Algunos de sus beneficios más destacados incluyen:
La luz roja y la infrarroja aumentan la síntesis de colágeno y elastina, fundamentales para la elasticidad y firmeza cutánea. Con el tiempo, se observan menos arrugas, piel más tersa y un tono más uniforme.
La luz azul tiene acción bactericida sobre el P. acnes, reduciendo brotes y controlando el exceso de grasa sin irritar la piel. Ideal para adolescentes y adultos con acné persistente.
La luz verde actúa sobre la melanina, disminuyendo la intensidad de manchas y unificando el tono de la piel. Además, calma pieles sensibles o con rojeces.
Excelente para postratamientos como peelings, microagujas, láser o cirugía. Acelera la curación de heridas, mejora la textura de la piel y reduce la inflamación.
La luz infrarroja estimula la microcirculación y ayuda en tratamientos corporales para contracturas, celulitis, flacidez o recuperación muscular.
Al estimular la actividad celular, la piel se vuelve más saludable desde dentro, con un brillo natural y una textura suave.
La terapia LED es un tratamiento apto para todo tipo de pieles y edades, tanto en hombres como mujeres. Es especialmente recomendable en casos de:
Aunque desde la primera sesión se pueden ver resultados en luminosidad y textura, la terapia LED actúa progresivamente, por lo que se recomienda un protocolo de varias sesiones para alcanzar resultados más profundos y duraderos.
Este tratamiento puede complementarse con otros procedimientos como limpieza facial profunda, oxigenoterapia, mesoterapia, radiofrecuencia, peelings o microdermoabrasión para potenciar resultados.
Una sesión típica de terapia LED dura entre 20 y 30 minutos, dependiendo del protocolo aplicado. No es dolorosa, no requiere anestesia ni provoca efectos secundarios. El paciente permanece cómodamente recostado bajo el panel de luces, con los ojos protegidos.
Se trata de una experiencia agradable y relajante, ideal incluso para quienes nunca se han sometido a tratamientos estéticos.
La terapia LED es un tratamiento totalmente seguro y sin efectos secundarios adversos conocidos, siempre que se utilice con tecnología profesional homologada. No produce calor, ni lesiones, ni daño en el ADN celular.
Sin embargo, se recomienda evitar o consultar previamente en los siguientes casos:
En todos los casos, realizamos una valoración previa personalizada para garantizar el uso correcto de la luz, la combinación adecuada de colores y la frecuencia más indicada para tu tipo de piel o necesidad estética.
Porque es un tratamiento:
La terapia LED representa una nueva forma de cuidar tu piel de forma natural y tecnológica a la vez, mejorando su salud y apariencia con cada sesión, sin agresiones ni riesgos.
Disponemos de equipos de terapia LED médica y estética con distintas longitudes de onda y combinaciones de luz para tratar cada piel de manera específica. Nuestra experiencia y formación en protocolos personalizados nos permiten aplicar esta tecnología con la máxima precisión y resultados reales.
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